«Además de moverse, la mesa hace curiosas adivinaciones. Según las preguntas que se formulan, dando tantos golpes con una pata como números quiere indicar… esta tarde ha dicho que el Barcelona ganará el domingo próximo al Gijón por 2-1, y el Gimnástico de Tarragona al Sabadell, en campo de éste por 2-0.» (La Vanguardia 14-02-1975)

 

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PROSOPOPEYA (A MODO DE PRÓLOGO)

Cataluña tiene una singularidad entre otras muchas y es la presencia permanente de la prosopopeya en su idiosincrasia. No solamente por el hecho extendido del uso de una afectación excesiva y una solemnidad artificiosa al expresarse y actuar, también por la insistencia en atribuir acciones y cualidades propias de seres vivos a cosas abstractas o inanimadas.

No hay más que sintonizar TV3 y ver una de sus tertulias o leer en la prensa declaraciones de cualquier político independentista.

En estos últimos tiempos una bandera estrellada independentista o una urna son poco menos que seres mitológicos con propiedades maravillosas.

LAS MESAS MISTERIOSAS

Puede ser que esto tenga su fundamento en una realidad mágica que en Cataluña está siempre al acecho, dispuesta a manifestarse de la forma más impensable. Hasta un objeto inerte puede comenzar a realizar actos sorprendentes.

Hace unos cuarenta años unas mesas cobraron vida en Cataluña; podían moverse, subir escaleras, levitar y hasta responder a preguntas.

Este prodigio ocurrió en un pequeño pueblo, al poco tiempo hubo una réplica en otro pueblo más en el que otra mesa despertó también de su letargo.

No fueron los únicos casos, hubo una epidemia de mesas dotadas de oscuros poderes y hasta llegó a organizarse una carrera de velocidad de mesas mágicas.

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A mediados de los años setenta se produjeron en Tarragona unos hechos tenebrosos. Se supo de la existencia de una corriente autóctona de espiritismo cuyos practicantes se comunicaban con el Más Allá mediante mesas ‘parlantes’. Los espíritus establecían comunicación mediante golpes que la mesa realizaba contra el suelo.

LOS NIÑOS LO APRENDEN TODO

El caso más inquietante se produjo en el pueblo de Nulles. Todo comenzó cuando tres hermanos, Carmen, Rosa María y Juan Saumells, de 13, 10 y 7 años respectivamente, fueron testigos de una sesión espiritista en la vecina localidad de Porreras y vieron el método que los practicantes utilizaban para comunicarse con los muertos mediante una mesa parlante.

Al volver a su casa en Nulles, tuvieron la ocurrencia de hacer ellos lo que vieron en aquella sesión. En su casa había una pequeña mesa de nogal que servía de soporte para una antigua y voluminosa radio.

Retiraron el aparato de encima de la mesa y poniendo sus manos sobre el tablero aquellos angelitos decidieron establecer contacto con los espíritus de los difuntos para pasar el rato.

UNA EXTRAÑA COMPAÑERA DE JUEGOS

Para sorpresa y diversión de los niños, con aquella sencilla acción la mesa comenzó a moverse misteriosamente, como deslizándose por el suelo.

Los niños cogieron afición al ‘juego’ y fueron consiguiendo que la actividad de la mesa se volviera más sofisticada logrando que al mueble se le quedara pequeña aquella habitación para sus desplazamientos.

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Ante el pasmo de sus vecinos los chicos acabaron sacando de paseo a la mesa por las calles del pueblo con la simple imposición de sus manos, llegando incluso a hacerla subir y bajar escaleras sin tenerla que agarrar y levantarla. Es más, lograban hacer todo eso incluso con una persona sentada encima de la mesa (sic).

Pero aquello no fue todo, las funciones del enigmático mueble fueron “in crescendo” llegando a responder mediante un código de golpes a las preguntas de cualquier interlocutor. Por si fuera poco la mesa demostró tener dotes adivinatorias.

LO MARAVILLOSO SALTA A LA FAMA

Lo de la adivinación fue definitivo, al pueblo comenzaron a llegar riadas de curiosos que buscaban hasta pronósticos para las quinielas de fútbol.

No fue ése el único caso que se produjo, en esta tierra mágica y maravillosa que es Cataluña aparecieron más casos de mesas que cobraron vida.

Hubo un caso en Porreras (donde los tres hermanos tuvieron su primer contacto con este diabólico arte), otro en San Julián de Vilatorta y el summum ocurrió en Vilarrodona donde se realizó una competición de carrera en circuito urbano de mesas parlantes para ver cuál de ellas era la más veloz.

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A pesar de todo, ninguna mesa pudo superar a la de Nulles, campeona en prestaciones metafísicas y orgullo de sus habitantes, que llegó a ser custodiada dentro del ayuntamiento de la población.

A la población llegaron autocares y más autocares con curiosos, parapsicólogos de la época (como Sebastián D’Arbó que «certificó” que no había fraude en el asunto) y algún que otro científico.

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La prensa y la filial catalana de TVE con su programa Giravolt se encargaron de difundir este misterio catalán que rivalizaba con el misterio español de las Caras de Bélmez.

La mesa mostraba en todo momento una «predilección» por uno de los hermanos: Rosa María. Cuando esta niña la tocaba su actividad era más poderosa y sus movimientos más rápidos.

Se descubrió haciendo pruebas al mueble que si se extendía una capa de polvos de talco por la superficie de la mesa se interrumpía su actividad al interponerse esa capa entre el mueble y las palmas de las manos de los niños.

No se llegó a aclarar si en Cataluña abundaban los niños con unos poderes psíquicos que le daban sopas con honda a la Carrie de Stephen King o de mesas con más prestaciones que el coche de James Bond, ya que aquella actividad paranormal estaba relacionada únicamente con aquellos muebles enigmáticos.

EXPLICACIONES Y OLVIDO

No tardó mucho tiempo en correrse el rumor de que los movimientos de la mesa eran debidos al demonio, cuestión que provocó el miedo en las familias de aquellos niños y aquello acabó con el final de las aventuras de las mesas y de sus operantes.

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Los escépticos afirmaron que el movimiento de las mesas se debían a movimientos neuromusculares inconscientes que aportaban los niños. No obstante ese razonamiento no explica cómo en el caso de la mesa de Nulles, ésta acertaba correctamente a las preguntas que se le hacían.

Poco a poco la mesa fue dejando el primer plano de actualidad aunque fue conservada e incluso podía ser vista y utilizada durante un rato si algún visitante del pueblo preguntaba por ella y lo pedía; todo por un precio módico. Triste destino el del artefacto, relegado a la categoría de máquina recreativa.

EPÍLOGO

Íker Jiménez con su programa Cuarto Milenio se encargó de que la existencia de este maravilloso mueble no cayera en un injusto olvido. Quién sabe lo que éste podría llegar a realizar si cayera en unas manos inadecuadas.

Si están pensando en amueblar un piso o apartamento sean conscientes de los peligros que puede entrañar el mueble macizo catalán y si aún así deciden comprar este tipo de mobiliario mantengan las mesas fuera del alcance de los niños. No los dejen a solas con ellas.

Quién sabe…

 

Para saber más: