Dentro de poco se cumplirán 70 años del incidente conocido como el ‘Caso Roswell’. Según los periódicos de la época, en el verano de 1947 se encontraron en la localidad de Roswell, Nuevo México, los restos de una nave misteriosa en cuyo interior se encontró el cadáver de un extraño ser al que se le practicó una autopsia cuyas fotos y resultados se hicieron públicos años más tarde y en ellos se certificó que aquel ser extraño no pertenecía a este mundo.
En Cataluña ocurrió un suceso parecido hace 27 años en la zona de La Garrocha. Hubo un ‘Caso Roswell’ catalán, un encuentro con un ser extraño.
EL ENCUENTRO
El hecho aconteció en otoño de 1989, dos matrimonios fueron a pasar un día de campo en un área boscosa de la comarca de la Garrocha en Gerona.
Una vez estuvieron allí, se instalaron en un claro de un bosque. Las parejas estaban relajadas escuchando música cuando de pronto, sin ser visto, un pequeño y extraño ser apareció de entre unos arbustos y se subió al aparato de audio lanzando chillidos. Ellos estaban preparando la comida cuando oyeron los ruidos que el ser emitía subido sobre el reproductor. Al verlo se sobresaltaron, pero la curiosidad se impuso al miedo y la repulsión.
Aquellas personas decidieron atrapar al extraño ser, el cual huyó de ellos. Los campistas se lanzaron en su persecución con una manta y finalmente lo capturaron arrojándosela encima. Los testigos afirmaron que el chillido que lanzaba el ser hacía recordar la carcajada de un anciano.
La criatura fue encerrada en una jaula para pájaros. El cautivo ser rechazó la comida que sus captores le dieron y murió a las 24 horas; otras versiones aseguran que estuvo encerrado en la jaula durante cuatro días sin probar bocado hasta que se murió.
EL CADÁVER EXAMINADO
El investigador Ángel Gordon compró (?) aquel ser antes de que muriese. Una vez muerto, lo metió en un frasco de café soluble descafeinado, marca Nescafé para ser exactos, lleno de formol para conservar su pequeño cuerpo.
El cadáver de aquel ser fue profusamente medido, pesado y fotografiado; se pidieron opiniones de especialistas. El patólogo americano John Altshuler descartó la posibilidad de que se tratara del feto de un animal. El doctor Luis Linares de Mula mencionó dos posibilidades del origen de aquel ser: “Por un lado que sea un ser monstruoso, un caso teratológico (un animal deforme) en que se desarrollan los tejidos, los órganos, los miembros, etc., de forma anormal. También puede deberse al hallazgo de un ser primitivo que se hubiera conservado en una zona lo suficientemente fría, en la nieve o un glaciar. En este caso se trataría de un animal desconocido para la ciencia actual”.
El infortunado ser amante de la música era una especie de gnomo de 12 cm. de altura, con un abultado apéndice en la frente, grandes ojos rojos, suave piel de color amarillo azulado, brazos cortos y orejas similares a las de los conejos. Su piel sin pelo y unas membranas interdigitales hacían sospechar que se trataba de un ser anfibio, Según los testigos mostraba un comportamiento inteligente y relativamente dócil.
CRIPTOZOOLOGÍA EN CATALUÑA
Cataluña una vez más sacudía los cimientos de la ciencia. Todos los investigadores mundiales del monstruo del lago Ness y del Yeti, después de décadas de búsqueda y millones invertidos infructuosamente, fueron superados por un puñado de catalanes, entre descubridores y expertos, que dieron con un ser que hacía tambalear los fundamentos de la Zoología y la Biología internacionales.
Es curiosa la similitud del ser al que se llamó el gnomo catalán o gnomo de Gerona con las entidades de seres diminutos de los bosques del folclore alemán. Da por pensar en un caso criptozoólogico de inmigración, a todas luces ilegal, de seres inteligentes llegados a los bosques de Gerona en busca de oportunidades.
EL MISTERIO CONTINÚA
Como acostumbra a ocurrir en estas historias, parece confirmarse la existencia de una oscura conspiración para impedir que estos casos puedan seguir siendo investigados y hagan tambalear los fundamentos de la Historia y la Ciencia establecida por el mundo académico.
En la actualidad el paradero de los excursionistas se desconoce y malintencionadamente se dice que no existieron, los restos del ser también han desaparecido.
Si alguno de los lectores piensa hacer una salida por los bosques de Gerona le recomiendo que vaya provisto de una manta, una jaula para pájaros y un buen transistor o reproductor de CD. Allí hay un misterio de los muchos que depara está tierra mágica que es Cataluña que nos está esperando.
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