«No puedo más que mostrar mi extrañeza ante este inusual hecho: la noche del 28 de mayo de 1990, algunos vecinos del barrio de Les Corts nos despertamos ante los insoportables graznidos de un ave; no un ave cualquiera. Nuestro estupor fue inmenso al salir al balcón y ver una silueta negra de grandes dimensiones. Quizá debería medir entre tres y cinco metros y no exagero. Numerosos fueron los vecinos que la vieron y numerosos, también, los comentarios al día siguiente. Suponemos que en otros barrios, otras personas debieron verla. ¿Qué era? Y lo que es más extraño: ¿Por qué no ha aparecido ninguna noticia en la prensa?»
(Pere Carbó, «Cartas al director – La Vanguardia 10/06/1990»)
UN MONSTRUO ANDA SUELTO
Con la publicación de esta carta en el citado diario, se extendió como una mancha de aceite la noticia de una misteriosa amenaza que se cernía sobre Barcelona; un ave desconocida de proporciones colosales surcaba el cielo de la ciudad. Las noticias serían incesantes durante un periodo de casi dos meses.
Estamos ante el caso de criptozoología catalana más documentado y más genuinamente nuestro, Cataluña tenía una criatura tan impactante como el monstruo del lago Ness y que podía desplazarse con una autonomía mucho mayor, nuestro monstruo podía volar.
» En relación a la carta publicada por don Pere Carbó, respecto a un ave negra de terribles dimensiones avistada en Les Corts, quiero aportar testimonio de lo ocurrido hace tres o cuatro días en el barrio del Guinardó. De manera casi idéntica a la relatada por el señor Carbó oímos unos horribles y fortísimos graznidos, que incluso hacían vibrar los cristales. Nos asomamos a las ventanas y vimos planear un ave gigante, de dimensiones mayores, a mi juicio, de las que apreció el señor Carbó. En mi opinión tendría unos 8 metros de ala a ala. Su color era negro y la silueta muy parecida, sorprendentemente, a la de una paloma….Otro punto a investigar es la misteriosa desaparición de algunos gatos que se observó antes de la aparición del ave gigante, como si hubieran caído de los balcones, pero sin que se hallara el cadáver en las calles.»
(José García García, «Cartas al director – La Vanguardia 14/06/1990»)
CUNDE LA ALARMA
Las noticias sobre esa criatura se fueron multiplicando y no cesaron hasta el 7 de septiembre de aquel año. Noticias de avistamientos del ave volando, acechando desde la azotea de un edificio, provocando el retraso en el despegue de un avión en El Prat: un avión que circulaba por una pista tomando velocidad para despegar en dirección a Santander tuvo que frenar de golpe y el piloto informó a los aterrados pasajeros de que abortaba la maniobra para no chocar con una enorme ave negra posada en mitad de la pista. El avión no pudo despegar hasta pasados varios minutos, después de que el extraño animal marchara volando. Una vez iniciado el vuelo sin más incidentes, el piloto se puso en contacto por megafonía con los pasajeros para explicar lo sucedido y tranquilizarlos, les dijo que en todo su historial de vuelo nunca vio nada igual y que parecía que aquel ser hubiera estado jugando con el avión.
La radio y la televisión difundían noticias de aquel ave a la que nadie había conseguido fotografiar, grupos de gente subían por las noches a la montaña de Montjuic para ver si conseguían divisar al monstruo. El Cuerpo Superior de Policía reconocía ante la prensa que habían recibido centenares de llamadas alertando sobre el misterioso bicharraco. El teléfono de información ciudadana (010) se vio colapsado por el insólito suceso y la agencia de noticias Europa Press puso redactores para cubrir en exclusiva las noticias que se produjeran referentes a la extraña ave.
¿ES UN PÁJARO? (LAS INSTITUCIONES REACCIONAN)
Se empezó a hablar de una paloma mutante por la forma en que los testigos describían al formidable ser. Esta idea tiene su gracia porque las palomas no emiten graznidos, sólo arrullan los machos y todos los que pudieron escucharlo hablaban de graznidos, incluso de tres tipos de frecuencia diferentes para los graznidos que emitía. ¿Os imagináis un monstruoso palomo macho mutante en celo con un arrullo ensordecedor buscando una hembra para solazarse? Curioso que se hablara de gatos desaparecidos y no encontrar noticias de palomas desaparecidas.
Una pedagoga, María Pilar Bertrán, creyó haber encontrado su refugio en un solar vallado situado entre las calles Eliseu y Tarragona de Barcelona, aunque al final la localización no tuvo éxito.
El asunto había tomado un tamaño que rivalizaba con el del pajarraco. La máxima autoridad del servicio de ornitología de la Facultad de Biología de Barcelona, Santiago Mayosa, tuvo que dar la cara y afirmar que no existía una explicación científica que avalara la existencia del animal, si bien precisó que pudiera tratarse de un albatros, una especie capaz de medir 3,6 m con las alas extendidas, pero que habita en el hemisferio sur. Por lo demás, otros biológos adujeron que podría tratarse de un ave córvida de origen tropical – por eso los graznidos -, mientras que el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat apostó por una respuesta neutra, de compromiso: tal vez se trataba de un gran cóndor o buitre (enviado quizás desde otra punta de España por un adversario político).
NUESTRO AMADO MONSTRUO
Pero Cataluña es tierra de acogida y al avechucho se le había cogido cariño, ¿qué diablos? era nuestro monstruo, se avecinaban las Olimpiadas del 92 y como mascota sería impagable.
Se recogían testimonios de enormes aves en Cataluña de generaciones anteriores, las llamaban ólibes, apareció incluso un legajo de hacía siglos con avistamientos de estas aves fabulosas.
Un bufete de abogados publicó todo un estudio sobre la propiedad del animal. El ave, señalaban Rafael Doménech y Xavier Claver en otra carta a La Vanguardia, a pesar de sus grandes dimensiones es una res nullius. Esto significa que al no tener dueño puede ser adquirida por simple ocupación, sin necesidad de agotar los plazos de usucapión.
Media Barcelona no hacía más que hablar de esa aberración de la Naturaleza, ya era uno más de nosotros.
DESAPARICIÓN MISTERIOSA
Y ocurrió que de repente, del mismo modo en que apareció, ese ser dejó de verse en las noches de Barcelona. La pobre gente de la zona alta, barrio por el que el engendro tenía predilección (y quién sabe si el nido también), pudo volver a dormir tranquila y sin sobresaltos por graznidos horribles en mitad de la noche.
Haciendo un repaso del vuelo del enorme pájaro entre el 10 de junio y el 31 de julio y, por los testimonios recogidos, puede decirse que en su estancia por Catalunya sobrevoló, sin orden aparente, los siguientes lugares: el barrio de Les Corts, la plaza Virrei Amat, la calle Tarragona, los árboles del Turó Park, el parque del Putxet, la calle Vallirana, la calle Europa, la plaza Padró, la calle del Mar en el barrio de la Barceloneta, la calle Rocafort y las poblaciones de Gavá, Sant Joan Despí, Salou, Bellvei del Penedès, la comarca gerundense del Empordá.
Durante su estancia en Catalunya su comportamiento fue ejemplar (podría aprender algún charnego). Su única tropelía fue haber descargado sus excrementos sobre el parabrisas de un coche, según testimonio la zona sobre la que cayó fue pequeña para lo grande de la deposición (para siniestro total, vamos), no se conoce si las heces fueron analizadas. El incidente del aeropuerto ocurrió tres años antes de estas crónicas, lo cual hace pensar en otra visita o en que su permanencia en Cataluña era más antigua.
Por lo demás, el pajarraco pareció manifestar una especial predilección por plazas y lugares ajardinados, toda vez que sus incursiones por los barrios más degradados fueron muy escasas a excepción de la plaza Padró.
UNA INCÓMODA EXPLICACIÓN
Una explicación alternativa: en Madrid en los primeros meses de 1990 hubo un suceso paranormal con la aparición de un fantasma en el palacio de Linares que se repetía cada noche, movía medios de comunicación y multitudes de curiosos.
Una Cataluña preolímpica no podía soportar que Madrid tuviera la más mínima notoriedad ni en cuestiones ocultistas. O bien se pusieron en marcha muchos activistas y entre todos crearon al monstruo alado o bien (esto es lo más plausible) un iluminado puso el bulo en marcha y una multitud maleable dispuesta a creerse cualquier cosa (qué idea más baja de la población de esta comunidad…) hizo suya y expandió esa mentira.
Pero confieso que a veces por las noches desde mi terraza miro hacia el cielo de Barcelona, mi ciudad, y por si acaso me pongo en guardia. ¿Quién sabe?
EPÍLOGO
En aquellas semanas muchas personalidades y famosos fueron entrevistados al respecto. Aquí dejo mi preferida, la dijo Eugenio, el humorista: «Se trata de un pterodáctilo que ha sobrevivido a períodos glaciares. Hace quince días que no veo a un amigo mío de Les Corts. Estoy seguro que este animal lo ha capturado.»
Deja una respuesta